CIUDAD DE MÉXICO, 2 de abril.- En México al menos un millón de niños viven con autismo. Son chiquitos que no juegan como los otros niños de su edad. Los de un año no señalan, ni establecen contacto visual. Cuando ya están en edad de pronunciar sus primeras palabras, tampoco lo hacen. A menudo los confunden con pequeños mal educados, berrinchudos o con retraso mental.
Los diagnósticos tardíos los ponen en desventaja. Algunos llegarán a los nueve años sin hablar ni saber ir al baño. No habrán pisado nunca un salón de clases. Y, en su caso, será demasiado tarde para que desarrollen las habilidades necesarias para integrarse a un trabajo.
Sólo los que reciban las terapias adecuadas tendrán el potencial de ir a una escuela regular, capacitarse para el trabajo y hasta relacionarse con los demás.
El problema es que en el país faltan médicos, especialistas y maestros entrenados para atender esta condición, a pesar de que es más común, incluso, que el total de casos de cáncer, sida y diabetes en niños juntos, de acuerdo con la organización Internacional Autism Speaks.
Y así empieza el peregrinar de los padres, que tampoco saben detectar los síntomas. Pasan por pediatras, sicólogos, siquiatras, especialistas en lenguaje o en estimulación temprana.
“Nadie sabe nada, ni el pediatra nos pudo decir qué tenía Iker”, relató Adriana, su mamá, quien hasta en Google tenía que buscar las respuestas que no le daban los especialistas.
Pero para poder conseguir un lugar en un centro especializado hay quienes tienen que esperar en una lista hasta por un año y medio, debido a que son pocos los lugares de atención que existen en el país y su cupo es limitado. Y la demanda crece a diario, pues se estima que uno de cada 100 nacimientos en México será de un niño con autismo.
Así que para muchos padres, después del diagnóstico, viene el otro viacrucis: ¿dónde atenderlos? Pocos podrán pagar una terapia de entre 400 y 500 pesos por tan sólo 45 minutos. Y eso los llevará no sólo a la quiebra emocional sino también a la económica.
Ahora mismo en la Cámara de Diputados hay una iniciativa para que se expida una “Ley General para la Atención y Protección a Personas con Trastornos del Espectro Autista” que propone, entre otras cosas, la creación de un Instituto Nacional para la Atención de los Trastornos del Espectro Autista que además de brindar atención, haga investigación y realice capacitación, y que existan maestras “sombra” que acompañen a los niños con autismo en su proceso educativo.
“No es asunto de pesos y centavos, es un asunto de derechos humanos, no es asunto de procedimientos burocráticos, es un asunto de voluntad política, es un asunto que requiere de responsabilidad social de varios actores para poder resolverse, entre ellos, de la Secretaría de Hacienda que tendrá que destinar recursos para que esto funcione”, planteó la diputada Paloma Villaseñor que impulsa la iniciativa.
EXCELSIOR
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